Desde mediados de los año 60 el turismo estalla en toda la costa levantina. Ciudades costeras como Benidorm, Villajoyosa, Altea, Calpe o Torrevieja empiezan a dejar de lado los oficios tradicionales basados en la agricultura y la pesca, y empiezan a ver en el turismo un nuevo modo de vida. Guardamar del Segura, siguiendo la linea que todos esos pueblos marcaban, se sube también al carro del turismo.
Para alojar a los turistas y visitantes del pueblo, se empiezan a construir las áreas mas próximas a la costa. Este turismo, principalmente venido del centro del país, venían buscando las playas de arena fina y blanca de nuestras costas, aso como las mas de tres mil horas de sol al año de las que disfrutamos. Este fenómeno del turismo, llevó a un desarrollo urbanístico sin precedentes en el municipio.
Si nos fijamos en la foto, veremos como en el fondo encontramos el núcleo tradicional de Guardamar que ha experimentado escaso desarrollo en sus casi ciento cincuenta años de vida. Sin embargo si nos fijamos en la franja costera, podremos ver ese tremendo desarrollo urbanístico. Crecimiento a simple vista, casi triplica el centro tradicional existente hasta entonces.
Pero este crecimiento a saltos, no armónico, con el desarrollo natural urbano del municipio ha provocado ciertos problemas de uso de estos sectores. El primero de ellos es que al estar alejados estos nuevos espacios del núcleo tradicional, hace que estos espacios nuevos no sean habitados por ciudadanos que vivan todo el año, si no estacionales, y principalmente en verano. Esto lleva a que con este crecimiento, las viviendas únicamente se ocupan un corto espacio del año, con lo que implica una perdida de suelo que no se utiliza de un forma óptima. Además, por esa lejanía, el habitante tradicional del pueblo no se desplaza ha estos espacio para comprar o consumir en los bares del paseo marítimo, etc. Esto es porque en la mente de los habitantes de la época, el paseo marítimo estaba muy lejos.
Un segundo problema es que este espacio no sigue las directrices marcadas por la trama urbana de Larramendi, lo que lleva a una perdida de identidad del propio pueblo. Además de una desconexion de vías de comunicacion con el núcleo tradicional, ya que vías directas únicamente estaban la calle Ingeniero Mira y la Calle Blasco Ibañez.
El tercer problema que ha generado es referido a la estética de las contrucciones, especialmente en la zona del paseo marítimo. En esta zona los edificios eran altos y en manzanas cerradas. Evidentemente la estética de la época es la del ladrillo cara vista, pero la forma de los edificios, convierte este espacio en un muro denso de edificaciones todas iguales y de un diseño poco atractivo.
Por ultimo, este boom turístico, me parece que equivoco su rumbo desde el origen. Esto porque tendió mas al residencialismo que al turismo hotelero. El turismo acogido en Guardamar es estacional y barato. Creo que el problema se puede solucionar promoviendo áreas hoteleras que consumen menos suelo, dan mas puestos de trabajo continuado, y favorecerian la desestacionalizacion del turismo. De este modo, se podría conservar el paisaje que es el bien mas preciado del que dispone el municipio para atraer turismo.
Pues podrías explicárselo a tu alcalde que sigue empeñado en llenar de urbanizaciones todo el terreno que tiene Guardamar. Que lástima, no?
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